
En qué medida se puede hablar de derecho a la comunicación o a mantenernos informados, cuando no todos los ecuatorianos saben leer y escribir y mucho menos tienen acceso a un medio de comunicación tradicional o peor aún al Internet. Esta es la realidad de muchos países latinoamericanos donde la desigualdad todavía existe y es imposible decir que el derecho de la comunicación se cumple, lamentablemente cada vez la comunicación es posible a través de medios complejos a los cuales no todos tienen acceso.
Es precisamente como una respuesta a la desigualdad que existe en nuestra sociedad que parten los derechos a la comunicación que engloba a la libertad de expresión, pensamiento, etc., libertades que por más de una ocasión han sido atropelladas por los altos mandos de poder, pues todavía vivimos en mundo donde solo aquellos que tienen el poder en sus manos salen vencedores, claro está siempre de la mano de aquella frase tan conocida y muy practicada que dice “el fin justifica los medios”.
Vivimos en una sociedad con grandes diferencias en los niveles de acceso al poder, una sociedad en la que la mayoría de la comunicación entre las personas es muy mediada y filtrada, en la cual los medios de comunicación, los gobiernos, las corporaciones comerciales, los grupos de interés poder y muchos otros se disputan la atención y tratan de influir y controlar el contenido de las comunicaciones. Por lo que el solo hecho de insistir o hablar de “derecho de la comunicación” no es suficiente respecto al proceso por el cual son controlados los medios de expresión de la sociedad: periódicos, televisión, radio, filmes, música y material educativo.
Los derechos a la comunicación se basan en la comunicación, la realización de una interacción entre las personas, se refieren principalmente a la libertad de interactuar con otras personas, una forma de respaldar en la práctica el derecho de todos por igual a hacer que sus ideas sean expresadas, oídas, escuchadas, tenidas en cuenta y respondidas.
Es verdad que todos tenemos derecho a ser informados, comunicados, tomados en cuenta, a una sociedad igualitaria la misma que a pesar de no existir, muchos tenemos la esperanza de que algún día podamos decir que todos somos iguales sin distinción alguna y por tal conformemos una sola comunidad, ojalá y esto no quede solamente en un sueño.